sábado, 14 de julio de 2012

RENDIMIENTO DEPORTIVO


William Rodríguez es un atleta seleccionado por el Meta para competir en los Juegos Nacionales del 3 al 17 de noviembre con sedes en Norte, Cauca y Córdoba. Hace unos días compitió en la Maratón de Quito, ocupó la tercera colocación con  dos horas y 30 minutos, marca que es buena para los 2.700 metros de altura. El deportista trabaja normalmente en un lavadero de carros en Bogotá.

José “Zurdo” Reyes es otro deportista del Meta que va para Juegos, pero  en el tejo en donde se le considera uno de los mejores del país y candidato para ganar medallas. Trabaja en Fusagasugà administrando una cancha de tejo cuyo propietario es el ex presidente de la Federación colombiana de este deporte.

Hugo Montes, el medallista de oro en las pasadas justas, se retiró porque a sus 25 años, diez de ellos entrenando pesas, no consiguió una carrera académica ni tampoco una profesión que le permitiera la tranquilidad económica para él y su familia.

Hugo Montes mejor deportista 2010.

Así son las historias de la mayoría nuestros deportistas que generalmente concluyen con el desencanto y la tristeza de saber que son buenos, pero que no tienen el apoyo para su preparación, fogueos, competiciones y sobre todo la formación académica.

Los deportistas empiezan animados con la ilusión de lo que ven en los medios masivos de la gloria, la fama y los premios que obtienen. Poco a poco entienden que la constancia y la dedicación son factores que inciden en los buenos resultados. Comprenden que deben combinar la constancia, el estudio y los mayores el trabajo para equilibrar su existencia. Pero las desilusiones aparecen cuando no encuentran el respaldo para viajar, competir ni implementación deportiva.

En los planes de estado no hay una política clara que permita una organización de semilleros en los municipios, deporte de rendimiento en el departamento y élite con el respaldo nacional.
Entonces se llega a la competencia sin lo  soportes necesarios y en muchas ocasiones depende de la voluntad del mandatario para la ayuda correspondiente.

Gabriel Ochoa Uribe, el legendario, técnico y exitoso futbolista cuando dirigió al América de Cali, encargo a la gerente del cuadro rojo Beatriz de Uribe que cuidara las familias de los jugadores para que cuando llegaran a la cancha solo pensarán en el partido y se lograra un rendimiento deportivo que les permitió varios títulos.

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